On septiembre 16, 2019
Quien no se ha preguntado o dicho lo siguiente: ¿Por qué esta dieta no me funciona?, “dejé la dieta y ya subí lo que bajé más 5 kilitos de más”, “solo miro la comida y me engorda”, “mi metabolismo esta lento, por eso estoy gord@”, “es luna llena y me hincho”, “retengo líquidos” y así innumerables de comentarios y afirmaciones como éstas, pero te has cuestionado desde la consciencia, ¿Para qué estoy almacenando estos kilos de más en mi cuerpo?¿qué es lo que estoy proyectando con mi sobrepeso? ¿De quién me protejo que tengo que hacer de mi cuerpo una armadura?
Sin lugar a duda nuestro cuerpo y las emociones están interrelacionados y en medio siempre está el estrés, pero el estrés siempre está ligado a una emoción, si ésta emoción no se libera, o no está en coherencia con ese estrés, automáticamente se refleja en el cuerpo y el inconsciente biológico estimula el apetito, es decir, si me encuentro en una situación de estrés y no sé qué hacer, qué decisión tomar, a dónde ir o cómo actuar, sustituimos esas acciones con comida.
Otro factor emocional que afecta al peso, es sustituir el alimento emocional que son los abrazos, las palabras de afecto, o un feedback positivo ya sea personal o laboral, una desilusión, un enojo, tristeza, entre otras muchísimas más, con el alimento físico y el inconsciente no juzga dando una solución biológica en donde el cuerpo guarda esa energía del alimento físico en forma de grasa que se acumula y que genera un tipo de “saciedad” emocional.
Alejandro Chabán dice que el exceso de comida, es el reflejo de excesos de nuestra vida, exceso de emociones, exceso de felicidad, exceso de tristeza, el futuro nos provoca ansiedad y lo desahogamos en la comida, encontrarnos viviendo en el pasado nos provoca depresión y lo desahogamos con comida. Alejandro Chabán diferencia el hambre como un acto meramente fisiológico, en el cual el cuerpo te pide alimento para realizar sus funciones biológicas y la ansiedad o el apetito es meramente emocional, buscando sustituir una emoción que no queremos enfrentar, como son los miedos o herencias familiares que no hemos querido desbloquear o momentos inconscientes que no hemos hecho conscientes.
Cuando hay un desequilibrio emocional nos refugiamos en la comida, así que se podrán hacer tantas dietas quieras, comer lechuga, ketodieta, blastdiet, la dieta de la luna, del sol o las estrellas, pero si emocionalmente no estás estable, si no aprendes a comer con la cabeza y a darle otro tipo de alimento a tu alma, a tu mente que no sean los carbohidratos o exceso de grasas “malas”.
Por eso es importante que cada vez que vayas a meterte un bocado a la boca, seas consciente de la razón, del ¿para qué te lo estás comiendo? si es por hambre, una necesidad biológica o porque te dejaron en visto en WhatsAap ó esa situación en el trabajo no deja de darte de vueltas en la cabeza o esa pareja que no está cumpliendo con tus expectativas o esos padres que hacen comentarios hirientes o un sinfín de situaciones que se dan en tu día a día.
La dieta te hará cambios momentáneos, comer con consciencia te hará hacer esos cambios permanentes y en Terapia Puebla te acompañamos con tu dieta emocional, desbloqueando y encontrando la raíz de esos excesos.
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